Jesús exclamó: «¡Ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar, aunque sin omitir aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas! ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo!»
Uno de los doctores de la ley tomó la palabra: «¡Maestro, diciendo estas cosas, también nos injurias a nosotros!». Pero Él le respondió: «¡Ay también de vosotros, doctores de la ley, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!»
«Crecerá la verdad» © Autorización de Fernando Leiva
«Reverie» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Ay de vosotros, que perdéis el tiempo en batallas que a nadie interesan más que a vuestro yo, tan invasivo y tan pretencioso a veces.
Ay de vosotros, que convertís las tradiciones en losas, y los ritos en cepos.
Ay de vosotros, que dogmatizáis la costumbre y os acostumbráis a la injusticia.
Ay de vosotros, que convertís las redes sociales en campo de batalla de egos viscosos.
Ay de vosotros, que habláis con frivolidad de los pobres desde la comodidad de vuestros salones donde no falta de nada.
Ay de vosotros, que os entretenéis en esgrima verbal solo para servir a vuestra vanidad.
(Rezandovoy)